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Claves
09 jueves Jun 2016
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09 jueves Jun 2016
Desde que en la exposición en clase vi a Baldessari me sentí concernido por la forma de su arte. Sobre todo por su consiga de “no más arte aburrido”. Aunque había visto anteriormente incorporados textos, fotografías, máscaras, vídeos en las instalaciones artísticas, pues nunca había encontrado el origen de tales manifestaciones. Sin duda Baldessari, si no el primero, ha devenido pionero en este tipo de representaciones que sin duda beben del simbolismo (creo que en el video que vimos él mismo se considera admirador de R Mutt, aunque estoy citando de memoria y podría equivocarme).
Una parte muy llamativa de su carrera es el momento en el que quema su trabajo. La metáfora de quemar las naves, proveniente del conquistador Cortez, y que viene a significar que cualquier retroceso es imposible, es un claro ejemplo de que el artista está totalmente del lado no de la repetición, sino de la creación. El uso de la fotografía lo hace más interesante para nosotros, pues en este módulo hemos visto la técnica, pero este tipo de experimentos han sido tocados de manera más bien marginal, así que la apertura que se permite a la obra de un sujeto como Baldessari, pues despliega y abre todo un nuevo camino en el entendimiento de la fotografía como arte y la imagen fotográfica como medio masivo de de codificación de mensajes que pueden ir más allá de lo meramente técnico y que pueden ser intervenidos conceptualmente.
Palabras, objetos, vidrios, madera, elementos que se yuxtaponen a la imagen fotográfica, son formas de ironía –buscada o inconsciente– que ponen en tensión la forma en la que el público mira y sin duda causa descontento o escozor pues está poniendo en el lugar del arte –sagrado para muchos– el juego y lo humorístico, rompiendo así con la tradición que sacraliza el arte, que debe estar expuesto en el museo y no debe ser tocado ni intervenido de ninguna forma.
Para mi emulación escogí los puntos, el collage, la sustición de caras de los personajes de la fotografía por la cara del mismo Baldessari. Fue un ejercicio inspirador, aunque no sé con cuánta suerte corrí a la hora de lograr un desempeño artístico. Fue un buen ejercicio.
09 jueves Jun 2016
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09 jueves Jun 2016
DIARIO DE CAMPO
Fecha: Mayo 11
Lugar: Medellín |
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OBSERVACIONES | VALORACIÓN E INTERPRETACIÓN |
Recibimos las cámaras y emprendimos en buena paz compaña nuestro viaje hacia lo, para mí desconocido. | Expectativa y aprensión. |
Fecha: Mayo 12
Lugar: Villa de Leyva |
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OBSERVACIONES | VALORACIÓN E INTERPRETACIÓN |
Mañana: Llegada a Villa de Leyva. Acomodación. Visita general al pueblo.
Tarde y noche: Muestra de proyectos. |
Necesaria la socialización de los proyectos, pues permite dar una mirada general a lo que los compañeros están haciendo. |
Fecha: Mayo 13
Lugar: Villa de Leyva, bus, Lago de la Tota |
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OBSERVACIONES | VALORACIÓN E INTERPRETACIÓN |
Salida al Lago de la Tota, visita al Pantano de Vargas. | No se acomodaba el trayecto con mi investigación, máxime que no visitamos los cebollares. Diez horas en el bus nos pareció excesivo. Pude lograr un par de bellas panorámicas. Además logré unos trabajos que me parecieron geniales con la cámara digital a la que le adapté un estenopo. |
Fecha: Mayo 14
Lugar: Villa de Leyva, Ráquira, Tinjacá, |
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OBSERVACIONES | VALORACIÓN E INTERPRETACIÓN |
Trabajo en la madrugada con Juan Pablo
Visita a la Plaza de Mercado de Villa de Leyva
Exploración de pueblitos cercanos: Tinjacá, Santa Sofía, Ráquira. |
Enfrentamiento con la cruda realidad: los tubérculos que estaba investigando no se cultivan en esta región, o no es época de cosecha. En la plaza de mercado a duras penas pude conseguir ibias y rubas. El mercado abre tarde. De todas maneras compré un provisión de tubérculos y me dispuse a investigar en pueblos cercanos qué pasaba. Me fue dicho que “eso sí lo cultivan, pero por allá en el Páramo”, que queda lejos.
La visita a las zonas rurales me mostró un campo quemado y casi sin posibilidades de sembrar nada. Otro vecino me manifestó que “ya a nadie le gusta cultivar la tierra, ya no las rubas, sino nada”. Visita a dos mujeres campesinas que nos hablaron sobre las virtudes de estos alimentos (la ruba sirve para los riñones), y que accedieron a dejarse fotografíar. ¡Definitivamente las costumbres cambian mucho! La mayoría de las personas son reacias a que las fotografíen, no como acá que la gente es más accesible. |
Fecha: Mayo 14
Lugar: Villa de Leyva, Santa Sofía ,Monasterio, |
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OBSERVACIONES | VALORACIÓN E INTERPRETACIÓN |
Trabajo en la madrugada con Juan Pablo
Visita a la Plaza de Mercado de Santa Sofía
Exploración del monasterio.
Regreso a Medellín |
La plaza de mercado tampoco tenía muchos tubérculos de los que investigaba. Me fue manifestado que las recetas que estaba buscando ya “no se hacía como tradicionalmente se preparaban”. Muy difícil establecer contacto con personas que accedieran a dejar documentar las recetas que tenía en mente.
Decepción |
Coda | |
OBSERVACIONES | VALORACIÓN E INTERPRETACIÓN |
Toma de imágenes de los tubérculos que logré comprar en la plaza de Villa de Leyva | Una de las propuestas del proyecto inicial era el hecho de mostrar en Antioquia unos tubérculos desconocidos que son propios de Boyacá y Cundinamarca. No podía dejar de hacerlo y por eso decidí mostrarlos aunque fuera un poco fuera de contexto.
otra de las cosas que me motivaba de estos alimentos en particular eran sus formas y texturas, que quedan a la vista en el producto.
Aunque los supuestos estaban más o menos errados (los tubérculos no son fáciles de encontrar –ni siquiera en Bogotá a donde hice una visita relámpago–, no persisten medios tradicionales de producción y transporte –no al menos en la provincia Ricaurte y los tubérculos no tienen mucha circulación), la verdad es que no han sido olvidados del todo y que de todas maneras hay lugares en los que se cultivan y aún es posible encontrarlos en las plazas de mercado, así sean en cantidades exiguas. |
09 jueves Jun 2016
Galería digital
Galería análoga.
Desgraciadamente el rollo se «pegó» en la revelada. Solo sobrevivieron -relacionadas con el proyecto- estas tres fotos que estaba tomando de una mujer y casa campesinas y de un campo cultivable que permanece sin cultivo y es de pastoreo para el toro
09 jueves Jun 2016
Informe de la salida de campo
Imagen Fija – Fotografía (1209101)
Los tubérculos marginados: ibias, chuguas, cubios, rubas.
Andrés Fernando Ríos Mazo
71754288
Universidad de Antioquia
Facultad de Comunicaciones
Comunicación Audiovisual y Multimedial
Medellín
2016
INTRODUCCIÓN
El tema planteado para la salida de campo de Comunicación Audiovisual y Multimedial, correspondiente al semestre 2016-1, módulo Imagen Fija, que se realizó entre el 11 y el 15 de mayo de 2016, tenía que ver con una serie de tubérculos que fueron llamados marginados, por su desconocimiento y poca producción, y entre los que estaban nombrados las ibias, los cubios, las rubas, las chuguas.
En el proyecto original se buscaba mostrar a través de las imágenes cómo eran estos productos sembrados, comercializados y finalmente consumidos. Se planteó la posibilidad de que las prácticas sociales, antropológicas y culturales vinculadas a los tubérculos eran cotidianas, de una riqueza valiosa para conocer la cultura boyacense, que eran abundantes y que la cocina boyacense se nutría –valga la aparente redundancia– de estos tubérculos de manera equiparable a como lo hacemos nosotros con la papa y con la yuca.
Se planteó en el proyecto primitivo, asimismo, explorar “la expresión pública de la vida, como de la vida privada. El sembrar, recolectar, encostalar, transportar, exhibir, comprar, vender, tramitar como mercancía. Todos estos son hechos que se despliegan en la vida pública, en lo público de la vida. Y, además, cocinar, rebanar, pelar, charlar –o callar– mientras las ollas borbotean; o tener las formas particulares de servir, de engullir, de sentarse a la mesa o al suelo, de masticar, de sorber, de deglutir, traen al afuera capturable, la interioridad, la vida privada de la familia y la vida íntima del comensal.”
En fin que se quería lograr un registro visual en el que “se muestren tanto los bulbos como la dieta y las formas gastronómicas asociadas, y qué rituales y costumbres las personas relacionan con ellos, pues me parece una forma de acercar la cultura boyacense a la antioqueña.”
MARCO TEÓRICO
El registro visual de las actividades humanas, ya sea en dibujos o en dispositivos puede rastrearse desde el origen de la antropología como disciplina. El uso de cámaras desde finales del siglo XIX se volvió usual para aprehender y conservar toda la información posible acerca de las características físicas y sociales del ser humano.
La utilización de los medios visuales como herramientas de investigación, transmisión del conocimiento, documentación del ethos de los pueblos, como medio de producción y transmisión de conocimiento es pertinente y coherente con la investigación contemporánea, siendo deseable que se establezcan nuevas formas de llevar a cabo esta investigación.
PRODUCTO
DIARIO DE CAMPO
AUTOEVALUACIÓN Y REFLEXIÓN
La búsqueda de los alimentos que me obsesionaban me llevó a muchos lugares, pero ninguno estaba ni cerca de mostrarme lo que yo estaba buscando. Realmente me asustó el hecho de que en la terminal de buses me informaran que el páramo –donde supuestamente sí podría encontrar cultivos de ibias y rubas– era lejísimos de donde estábamos. En retrospectiva pienso que debí al menos ir a Tunja o a Duitama, pero no me arrepiento de haber hecho la pesquisa en los pueblitos vecinos a Villa de Leyva.
El proyecto se investigó, pero a la hora de enfrentarse al campo, la investigación se quedó corta en el sentido de que lo planteado es posible que sí fuera válido, pero no en los alrededores del sitio elegido como sede de salida. Otra cosa que se encontró es que algunos de los productos no estaban en cosecha en ese momento. En este acápite me gustó y reproduzco una frase que me dijo una marchanta: “ahurita no hay cubios, ni nabos, pero apenas se larguen las lluvias en una semana o dos, eso sale mucho producto de eso”.
Dado el primer tropiezo de no encontrar nada a propósito de mi tema, pues no cejé en el empeño de prosperar en él. Así que yendo a otros pueblecillos del área pude encontrar solo dos tipos de tubérculos de los cuatro planteados: ibias y rubas. Con ellos se buscó trabajar entonces texturas, colores, de todas maneras cocinarlos aunque para probarlos, preguntar a los más viejos qué cosas asociaban con estos tubérculos. Dos respuestas destacaron: Un señor que decía que por ejemplo la mazamorra chiquita ya no se hacía como tradicionalmente estaba determinada y una viejita que está en las fotos entregables que manifestaba que las rubas eran un remedio eficaz para las dolencias renales.
Una cosa importante que se aprendió es que la desmotivación, si bien es casi el pan nuestro de cada día, no debe tener cabida en nuestra intención de documentar, fotografiar, investigar. Pues tropiezos se tienen, pero lo fino del asunto es buscar formas de sacar adelante lo planteado. La documentación de una ausencia es tan importante como la documentación de lo que está presente. Es una enseñanza invaluable que aprendimos prácticamente en la salida, teóricamente en semiótica.
Finalmente pienso que no se aunó la propuesta inicial con la realidad de la salida. Quiero decir que investigué sobre los tubérculos y me pareció lo más normal del mundo que estuvieran en todo Boyacá cuando esto no era así. Quizás una forma más efectiva de sacar el mejor provecho a la salida de campo es tener muy claro el lugar concreto al que se va a ir, por ejemplo Villa de Leyva, en contraste con el más general –Boyacá– y realizar una propuesta más ajustada a la región que se visitará. Si tuviera que volver a hacer el proyecto, seguramente escogería un tema como “La casa campesina en los alrededores de Villa de Leyva” o “Ráquira entre dos mundos: modernidad y artesanía tradicional en un pueblo colombiano”.
Un apunte adicional en el que nos hizo caer en cuenta la profesora: también pensar que estamos haciendo fotografía y privilegiar las imágenes en exteriores.
CONCLUSIONES
La salida de campo es un momento clave en la formación de la mirada fotográfica en particular y audiovisual y científica, o mejor rigurosa, en general. La necesidad de tener un proyecto permite “aterrizar” la experiencia y va formando el rigor necesario para que nuestras expectativas creativas sean puestas en el lugar adecuado, por decirlo así. Es además una fundamentación importante, pues nos va dando elemento para poder participar en concursos, convocatorias, etc.
es una experiencia pedagógica y vital.
Quedo muy concernido con relación a la rigurosidad que es necesaria para este tipo de proyectos. La necesidad de una aproximación conceptual, la definición de rutas y programas qué seguir, la planeación que debe llevarse a cabo, son formas de ubicar y como pillar, aprehender, aferrar, preguntas, problemas particulares que nos permitan a posteriori una evaluación de lo general. Me interesó mucho por cuanto he tendido a ser disperso y este tipo de actividades me han mostrado la esencia de la concentración.
El trabajo de campo que la ciencia moderna erige como procedimiento fundamental en la construcción del conocimiento, da elementos invaluables de
investigación participativa, colaborativa y dinámica. La generación de conocimiento sobre el lugar a visitar la reflexión sobre las dinámicas ambiental, sociales, etc nos permiten ir más allá de la sola mirada desprevenida, sino u que nos da elementos de análisis y crítica de la labor que se está realizando.
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA Y CIBERGRAFÍA.
Le Bretón, David. Antropología del cuerpo y modernidad. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires,:2002.
Giraldo, Efrén. Los límites del índice: Imagen fotográfica y arte contemporáneo en Colombia. La Carreta Editores, Medellín: 2010.
Sontag, Susan. Ante el dolor de los demás. Punto de lectura, Madrid: 2003.
Clavijo Ponce, N. y Pérez Martínez, M. (2014). Tubérculos andinos y conocimiento agrícola local en comunidades rurales de Ecuador y Colombia. Cuadernos de Desarrollo Rural, II(74), 149-166. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.CRD11-74.taca
Cano Busquets, Marisol. (2012). El renacer de los tubérculos andinos. Publicación Pesquisa, Universidad Javeriana, Colombia. Recuperado de: http://www.javeriana.edu.co/pesquisa/?p=2602
09 jueves Jun 2016
Salida de campo
Imagen Fija – Fotografía (1209101)
Los tubérculos marginados: ibias, chuguas, cubios, rubas.
Andrés Fernando Ríos Mazo
71754288
Universidad de Antioquia
Facultad de Comunicaciones
Comunicación Audiovisual y Multimedial
Medellín
2016
Resumen:
Estos tubérculos andinos tienen tradición prehispánica y fueron domesticados 8.000 años antes de Cristo. El altiplano cundiboyacense, ubicado en la cordillera oriental, está formado por mesetas y valles situados entre los 2.600 y 2.800 msnm, haciendo sus suelos aptos para la siembra de los tubérculos investigados, propios de la dieta culinaria muisca. Estos tubérculos, y las prácticas culinarias a ellos ligadas, no son conocidos en Antioquia por lo que creo que una exposición fotográfica en la que se muestren tanto los bulbos como la dieta y las formas gastronómicas asociadas, y qué rituales y costumbres las personas relacionan con ellos, pues me parece una forma de acercar la cultura boyacense a la antioqueña.
También se busca resaltar el hecho de que por razones económicas, sociales, o de políticas públicas estos alimentos no son cultivados bajo el enfoque de la agricultura tecnificada, sino a través de sistemas tradicionales de producción campesina y que están ligados, por lo mismo a esquemas de producción en contextos de economía solidaria.
Así el proyecto abarca tanto la expresión pública de la vida, como de la vida privada. El sembrar, recolectar, encostalar, transportar, exhibir, comprar, vender, tramitar como mercancía. Todos estos son hechos que se despliegan en la vida pública, en lo público de la vida. Y, además, cocinar, rebanar, pelar, charlar –o callar– mientras las ollas borbotean; o tener las formas particulares de servir, de engullir, de sentarse a la mesa o al suelo, de masticar, de sorber, de deglutir, traen al afuera capturable, la interioridad, la vida privada de la familia y la vida íntima del comensal.
DESCRIPCION DEL PROYECTO
Planteamiento del Problema:
Los platos tradicionales de la comida boyacense en general, y la mazamorra chiquita y el cocido en particular, están basados en los que llamamos tubérculos marginados. Estos son parte de la identidad cultural de los campesinos de la región boyacense. Quiere analizarse cómo pueden ser vistas por ojos antioqueños esas prácticas, representaciones y sistemas simbólicos ligados a ellos, y cómo el aprendizaje y posterior difusión de esos acerbos culturales pueden coadyuvar al conocimiento de estos recursos autóctonos.
Estado del arte:
Una mirada más o menos rápida nos muestra que hay muchos fotógrafos de gastronomía, pero ese no es tanto el tema como las prácticas asociadas a ella. También hay muchos antecedentes de estudios sobre los tubérculos, pero en el ámbito antropológico o de estudios sobre cómo optimizar los cultivos.
El registro visual de las actividades humanas, ya sea en dibujos o en dispositivos puede rastrearse desde el origen de la antropología como disciplina. El uso de cámaras desde finales del siglo XIX se volvió usual para aprehender y conservar toda la información posible acerca de las características físicas y sociales del ser humano.
La utilización de los medios visuales como herramientas de investigación, transmisión del conocimiento, documentación del ethos de los pueblos, como medio de producción y transmisión de conocimiento es pertinente y coherente con la investigación contemporánea, siendo deseable que se establezcan nuevas formas de llevar a cabo esta investigación.
Pregunta:
La idea que me surge de esta salida de campo parte de una duda culinaria. Tengo un par de recetas boyacenses que nunca he podido hacer completamente porque nunca encuentro algunos de los ingredientes. Así, la motivación que se tiene para realizar este proyecto es ¿Cómo se cultivan estos ingredientes? ¿Dónde? ¿Aún los boyacenses realizan de forma tradicional estas preparaciones gastronómicas? ¿Cómo las hacen? ¿Cómo se reúne la familia en torno a ellas?
Objetivos
Marco Teórico:
OBJETIVO | INDICADORES | MEDIO DE VERIFICACIÓN | SUPUESTOS |
FIN: obtener 15 registros fotográficos estéticos, técnicos y con concepto | Imágenes que dan cuenta del problema planteado (prácticas en torno a los tubérculos andinos) | Exposición en clase. Visualización del producto por el profesor | Los tubérculos andinos cohesionan una parte de la sociedad boyacense |
PROPÓSITO: Mostrar en Medellín, cómo son esos tubérculos y sus prácticas | Las imágenes presentan clara y distintamente los tubérculos andinos diferentes de otros tubérculos más conocidos. | Presentación de las imágenes ante un público variado | Los tubérculos andinos son desconocidos en Antioquia y su conocimiento puede significar algo en Antioquia de la cultura de Boyacá |
COMPONENTES: Familias que cocinen con los tubérculos investigados, red de sembrado y distribución | Las imágenes nos muestran una realidad social y cotidiana de las prácticas culinarias boyacences | Las imágenes muestran estéticamente un conjunto de prácticas y ritos propios de la cultura boyacense | Aún persisten medios tradicionales de producción, transporte y cocción |
ACTIVIDADES: Registro de las imágenes, entrevistas, visitas a plazas de mercado, casas particulares y restaurantes | Las imágenes dan cuenta de una variedad y riqueza de ritos y prácticas, no de pocos o escasos. | Diario de campo | Los tubérculos Andinos aún tienen mucha circulación |
Metodología propuesta:
Primeramente, la investigación previa del territorio será fundamental para saber dónde están los cultivos de los tubérculos. Sería ideal contactar las plazas de mercado antes de llegar allá, para una mejor organización, y tal vez aporten ayuda que sería fundamental para lograr una propuesta estética de la toma de imágenes de los alimentos en la plaza, u ofrecer contactos con personas u organizaciones campesinas.
Sería también ideal tener un contacto en la zona, que nos ayude a ubicar familias típicas boyacenses que preparen las viandas de forma tradicional, para poder contar con el permiso de fotografiarlos y entrevistarlos durante la preparación de las recetas.
Una vez en el campo, ir a las plazas de mercado, hablar con la gente, entrevistar personas que sepan sobre la ancestralidad de las preparaciones y de los alimento. Se fotografiarían pienso que más que los tubérculos sembrados, aunque podría ser chévere imágenes de cómo se arrancan de la tierra los tubérculos andinos, las imágenes de los bulbos ya apilados en gran cantidad en las plazas de mercado, mostrando el contraste entre sus colores y sus texturas.
También se fotografiaría la preparación de platos típicos, intentando mostrar la cultura y las formas sociales y los personajes que están mediados por ella.
En la postproducción se buscará que las imágenes logradas tengan una temperatura y unas texturas acordes con el tema propuesto.
Plan de difusión:
El proyecto, los resultados y el producto visual serán publicados a través del blog creado en la asignatura de Informática, además se llevará a cabo una exposición en los pasillos de la facultad, esto con los demás compañeros. También espero proyectar el trabajo a través de las redes sociales Instagram, Facebook y Twitter
Cronograma.
Actividad | DÍA | ||||
11 | 12 | 13 | 14 | 15 | |
Salida a Boyacá | 7 pm | ||||
Llegada a Boyacá | 8 am | ||||
Socialización del proyecto | 2 pm | ||||
Primeras averiguaciones | 5 pm | ||||
Viaje a la plaza de mercado | 7 am | ||||
Sesión de fotos plaza de mercado | 8 am – 11 am | 8 am – 11 am | 8 am – 11 am | ||
Pesquisas sobre cocinas y cocineros | 12 – 3 | 12 – 3 | 12 – 3 | ||
Entrevista | 3-4 | 3-4 | 3-4 | ||
Fotos de familias y cocinas | 12 – 2 | 12 – 2 | |||
Fotos en restaurantes y en contexto | 4-6 | 4-6 | 4-6 | ||
Regreso a Medellín | 8 pm |
Presupuesto
Aporte salida de campo | $ 250.000 |
Sostenimiento en Boyacá | $ 150.000 |
Celular | $ 10.000 |
Energizante | $ 60.000 |
Gestión | $ 100.000 |
Alquiler de equipos | $ 125.000 |
Total | $ 695.000 |
Bibliografía y cibergrafía.
Le Bretón, David. Antropología del cuerpo y modernidad. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires,:2002.
Giraldo, Efrén. Los límites del índice: Imagen fotográfica y arte contemporáneo en Colombia. La Carreta Editores, Medellín: 2010.
Clavijo Ponce, N. y Pérez Martínez, M. (2014). Tubérculos andinos y conocimiento agrícola local en comunidades rurales de Ecuador y Colombia. Cuadernos de Desarrollo Rural, II(74), 149-166. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.CRD11-74.taca
Cano Busquets, Marisol. (2012). El renacer de los tubérculos andinos. Publicación Pesquisa, Universidad Javeriana, Colombia. Recuperado de: http://www.javeriana.edu.co/pesquisa/?p=2602
08 viernes Abr 2016
Posted IMAGEN GRÁFICA Y TEXTUAL, MÓDULO I
inSe llamaba Refugio Montaña. Vivía sola, en una casa en medio de un barrio popular. Le gustaba la ginebra sola y siempre estaba a media caña, lo que le ayudaba a cumplir con las entregas en su trabajo de traducir del francés obritas eróticas menores que una editorial española publicaba para un público también menor. Había conseguido este trabajo cuando hizo la maestría en Edición de Textos en Barcelona, y gracias al teletrabajo había podido conservarlo cuando regresó a su latinoamericano país de origen, y el exiguo pago –que complementaba con trabajos a destajo– de todas maneras le alcanzaba para los gastos más urgentes del diario, como la comida y la ginebra barata.
Salía poco, solo a la tienda, al centro a la licorera, cada quince días a un bar en el calmaba con los habituales la necesidad de socializar y del que siempre se iba con un amante nuevo, elegido entre quienes no frecuentaban la cantina, y con el que se iba a un motel que abandonaba antes de que saliera el sol, para regresar a su casa, dejando dormido al amante de turno, a quien nunca más volvía a ver, o fingía no ver en el caso de que coincidiera de nuevo con él en la tasca de marras.
El cambio no era lo suyo, así que esta manera de llevar su vida la tuvo Refugio durante años, hasta que la editorialilla española fue adquirida agresivamente por una megacorporación, y, de repente, se encontró con que su principal fuente de ingresos desaparecía miserablemente. Llamó a un par de amigos que tenía entre las habituales del bar que frecuentaba, les pidió el favor de que le ayudaran a conseguir un empleo,y hete aquí que de la noche al día Refugio se sumó al número de los empleados que atendían al público en una tienda por departamentos.
Allí conoció a Pureza Reyes y se hicieron amigas. Todos los días almorzaban juntas, salían a la misma hora y se acompañaban al bus, que, aunque tomaban dos rutas distintas, tenían el paradero en el mismo lugar, a dos cuadras del almacén. Pureza era casada, tenía dos hijos y vivía en una casita diminuta en un barrio de invasión. Un día llegó con la cara llena de moretones.
─¿Qué te ha pasado, Purita?─ Preguntó Refugio
─Nada, mija, me resbalé bajando las escaleras
─Claro, güeva, como yo nací ayer. A vos te pegó tu marido, ¿sí o qué?
─¡Ay, mijita, no diga bobadas!
Refugio no insistió y todo siguió normal hasta que, una semana después, Pureza llegó a trabajar con un brazo vendado.
─¿Cómo así, Purita, de nuevo te rodaste por las escaleras?─ hizo un énfasis irónico en esta última palabra ─Te vas a salir matando, pues si sigue la cosa así. Yo no te creo que sean torpezas tuyas, eso es tu marido que te gopea, eso no puede seguir así, denúncialo.
─¡Qué tonterías dices, linda!
Refugio dejó la cosa así, pero cuando volvió a ver a Pureza con los ojos amoratados, ya no se aguantó y decidió hacer algo.
Durantre varias semanas ideó un plan que le permitiera acabar con el marido de Pureza. No soportaba ver que la única amistad que había cultivado en todo el tiempo de su vida fuera víctima de un perverso maltratador. Por fin, un día sintió que su plan estaba maduro y se decidió a ponerlo en práctica.
Esperó al marido de Pureza en un árbol al frente del figón donde solía comer los sábados antes de ir una ominosa cantina de putas en la parte baja del centro. Ya había anochecido cuando el hombre salió del restaurante, en el que había malcomido y bebido una botella de aguardiente casero.
Las cosas no ocurrieron como había pensado Refugio Montaña. Desde el día anterior, ella se había imaginado muchas veces dirigiendo el firme revólver, forzando al miserable a confesar la miserable culpa y encajando el justiciero tiro entre las cejas del abyecto rufián.
Cuando el hombre salió, un poco tambaleándose por el orujo barato, ella decidió ir al encuentro de él y lo llamó por su nombre; cuando él volteó a mirarla, ella ya había sacado el revólver y le apuntaba a la cabeza y le gritaba improperios y le decía que si era tan valiente como para maltratar a su mujer que mirara a ver si era tan valeroso ahora con ella, que no le tenía miedo y que estaba allí dispuesto a matarlo
Él la miró a los ojos, se hizo el tonto o como que no creyera lo que veía. Le preguntó por qué se dirigía a él en esos términos, que si ya se conocían, que porqué le apuntaba con esa arma y se arrodilló junto a Refugio, y se puso a llorar. En el piso, de rodillas, gritaba que no le hiciera daño, que viera que era padre de dos hijos, que él era un honrado trabajador. Y lloraba, gemía de forma tan sincera que Refugio bajó la guardia.
Fue por solo un instante, pero ese descuido, ese distraerse con el llanto del sinvergüenza, fue suficiente para que el hombre se incorporara de un salto y la desarmara en un periquete y descerrajara dos candentes tiros en la humanidad de Refugio, en medio de injurias, maldiciones y risas insidiosas.
15 martes Mar 2016
Ante el mundo, ante la modernidad, la sociedad industrial el hombre no es una persona en sí misma, sino mano de obra calculada en términos de dinero. El hallazgo del instrumento metálico que por su textura, su diseño y sus materiales, está construido desde la misma lógica industrial que pierde la identidad de las personas, el hallazgo del instrumento, decía, libera, permite ver de otro modo, sentir de otro modo, permite cantar, reír, bailar, brindar, departir, jugar. A pesar de provenir de elementos fabriles, permite en el sujeto soltar, redimir, dejar la alienación y la despersonalización al introducirle en una nueva lógica de lúdica, juego, esparcimiento, entretenimiento. De acompañamiento de personas, de recreos, de amigos que se solazan en la mesa de pasatiempos, de diversión. En torno a la música, parrandera en este caso, popular, de ancestro guasca, en torno de los abuelos que interpretan la música alrededor de la familia, en torno de los abuelos que nos enseñaron cómo ese instrumento musical que no precisa amplificación, o conexiones, o bornes, que nos enseñaron que la música es sobre todo alegría, jarana, dobles sentidos, desahogo, esparcimiento y que nosotros, ahora, en nuestros habitáculos de ciudad, hemos aprendido cómo brindar y ser dichosos, rodeados de la amistad, del amor. O de la Soledad.
Cuerpo en movimiento, vibratorio, que al tocar la guacharaca se mueve y descentra sus sistemas de referencia, que olvida la modernidad, la alienación, el Estado invisible. Sujeto que al tocar y bailar y cantar estalla en júbilo, en risas, en regocijo, en algazara. Música propia del instrumento que en el personaje genera entusiasmo, alborozo, felicidad. Hasta el día de hoy y hasta siempre.